miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tema 5: El imperio

Dinastia Julio-Claudia
El nombre Dinastía Julio-Claudia hace referencia a los cinco primeros emperadores romanos entroncados con Julio César: Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Gobernaron el Imperio romano del 27 a. C. al 69 d. C., cuando el último de la línea sucesoria, Nerón, se suicidó. Estos cinco emperadores estaban unidos, por matrimonio y adopciones, con las gens Julia y Claudia. Julio César es considerado algunas veces, aunque erróneamente, como el fundador; esto a pesar de que nunca fue emperador (aunque ostentó un poder superior al de ellos) y tenía conexiones con los Claudios a través del matrimonio de Augusto con Livia y de varios otros entre sus descendientes. Por las venas deAugusto, Calígula, Claudio y Nerón corría la sangre de César. Aunque muchos historiadores sostienen que la dinastía fue fundada por Julio César, otros atribuyen el hecho a su sobrino nieto Augusto. Los Julio-Claudios también se hallaban emparentados con Marco Antonio.
Crisis del siglo III


La primera fase del gobierno imperial , conocida como el Principado, cuando las formalidades de la nunca constitucionalmente abolida República eran todavía la imagenpolíticamente correcta, también suele concluirse con la llegada de la Crisis del siglo III de 235–284, que concluyó a su vez cuando Diocleciano se convirtió en Emperador. Cambiando el concepto de emperador de las formalidades republicanas de los primeros tres siglos del Imperio, Diocleciano introdujo un nuevo sistema de reinado de una coalición de cuatro personas, la Tetrarquía,eligiendo el deshuso del título princeps, además de manifestar abiertamente la cruda realidad del poder imperial y adoptar un estilo de gobierno helenístico, más influenciado por la veneración de las deidades orientales del antiguo Egipto y el Imperio persa que por la tradición de cooperación civil entre la clase gobernante transmitida desde la República Romana.

Se puede argumentar que más crucial que el título escogido fue la anterior adopción del estatus divino como divus, originalmente un honor póstumo excepcional reconocido por el Senado, y más tarde entregado al emperador en vida (y a otros miembros de su familia), convirtiéndose en un privilegio no escrito de la corona.

Otro claro síntoma del elevado estatus imperial fue que éste llegó a encarnar la noción (abstracta durante la República) de la majestad de Roma, así que cualquier crimen contra ésta podía ser castigado como si se tratara de alta traición.

Los historiadores contemporáneos rechazan la interpretación de una transición del Principado al Dominado tan claramente ocurrida; más bien la tildan de una transformación más sutil y gradual, en la cual las reformas de Diocleciano en el oficio imperial, aunque significativas, son sólo un punto de una larga lista. Sin embargo, la distinción entre las dos fases principales del gobierno imperial se antoja importante y útil.
Disolución Imperio Occidental
Los breves reinados de Publio Helvio Pertinax (193) y Didio Severo Juliano fueron seguidos por el de Lucio Septimio Severo (193-211), primer emperador de la breve dinastía de los Severos. Los emperadores de este linaje fueron: Caracalla (211-217), Publio Septimio Geta (211-212, compartiendo el primer año de reinado de su hermano Caracalla), Heliogábalo (218-222) y Severo Alejandro (222-235). Septimio Severo fue un hábil gobernante; Caracalla fue famoso por su brutalidad y Heliogábalo por su corrupción. Caracalla otorgó en el año 212 la ciudadanía romana a todos los hombres libres del Imperio romano a fin de poder gravarlos con los impuestos a los que sólo estaban sometidos los ciudadanos. Severo Alejandro destacó por su justicia y sabiduría.

El periodo posterior a la muerte de Severo Alejandro (235) fue de gran confusión. De los 12 emperadores que gobernaron en los 33 años siguientes, casi todos murieron violentamente, por lo general a manos del Ejército, quien también los había entronizado. Los emperadores ilirios, nativos de Dalmacia, lograron que se desarrollara un periodo breve de paz y prosperidad. Esta nueva dinastía incluyó a Claudio II el Gótico, que rechazó a los godos, y Aureliano, quien entre el 270 y el 275 derrotó a los godos, germanos y a la reina de Palmira, Septimia Zenobia, la cual había ocupado Egipto y Asia Menor, restaurando la unidad del Imperio durante algún tiempo. A Aureliano le siguieron una serie de emperadores relativamente insignificantes hasta el ascenso al trono en el año 284 de Diocleciano.

Gobernante capaz, Diocleciano llevó a cabo un buen número de reformas sociales, económicas y políticas: eliminó los privilegios económicos y políticos que habían disfrutado Roma e Italia a costa de las provincias, intentó regular la creciente inflación mediante el control de los precios de los alimentos y de otros productos básicos, así como del salario máximo de los trabajadores, instituyó un nuevo sistema de gobierno en el cual él y Aurelio Valerio Maximiano compartieron el título de augusto, a fin de establecer una administración más uniforme en todo el Imperio. Sus poderes fueron reforzados por el nombramiento de dos césares, Galerio y Constancio, instaurando así el régimen de tetrarquía (dos augustos y dos césares). Diocleciano controlaba Tracia, Egipto y Asia, mientras que su césar Galerio gobernaba las provincias danubianas. Maximiano administraba Italia y África y su césar Constancio, Hispania, la Galia y Britania. La tetrarquía creó una maquinaria administrativa más sólida pero aumentó la ya enorme burocracia gubernamental con cuatro sectores imperiales y sus correspondientes funcionarios, lo que supuso una enorme carga financiera para los limitados recursos imperiales.

Diocleciano y Maximiano abdicaron en el 305 y dejaron a los dos nuevos césares inmersos en una guerra civil, que no acabó hasta la ascensión del hijo de Constancio Constantino I el Grande en el 312. Constantino, que había sido con anterioridad césar en Britania derrotó a sus rivales en la lucha por el poder y reunificó el Imperio de Occidente bajo su mando. Tras derrotar en el 324 a Licinio, emperador de Oriente, Constantino quedó como único gobernante del mundo romano. Se convirtió al cristianismo, que había hecho su aparición durante el reinado de Augusto y que, a pesar de las numerosas persecuciones de que fue objeto, se había difundido durante el mandato de los últimos emperadores y, a finales del siglo IV, se convirtió en la religión oficial del Imperio. Constantino estableció la capital en Bizancio, ciudad reconstruida en el 330 y rebautizada con el nombre de Constantinopla (actual Estambul). La muerte de Constantino (337) marcó el inicio de la guerra civil entre los césares rivales, que continuó hasta que su único hijo vivo, Constancio II reunificó el Imperio bajo su mando en el 351. Fue sucedido por Juliano el Apóstata, conocido por tal nombre a causa de su renuncia al cristianismo, y éste por Joviano (363-364).

A continuación el Imperio volvió a escindirse, aunque bajo el reinado de Teodosio I estuvo unido por última vez tras la muerte del emperador de Occidente Valentiniano II. Cuando falleció Teodosio (395), sus dos hijos se repartieron el Imperio: Arcadio se convirtió en emperador de Oriente (395-408) y Flavio Honorio en emperador de Occidente (395-423).

En el siglo V las provincias del Imperio romano de Occidente se empobrecieron por los impuestos exigidos para el mantenimiento del Ejército y de la burocracia; también a causa de la guerra civil y de las invasiones de los pueblos germanos. Al principio la política conciliadora con los invasores al nombrarles para cargos militares en el Ejército romano y administrativos en el gobierno, tuvo éxito. No obstante, los pueblos invasores del Este emprendieron gradualmente la conquista del Occidente y a finales del siglo IV Alarico I, rey de los visigodos, ocupó Iliria
Tema 4: Crisis de la república



Reforma de los hermanos Graco

Cayo Sempronio Graco y Tiberio Sempronio Graco. Tiberio murió asesinado en el 133 a.c. En este año Cayo servía en el ejército romano en Hispania.
Regresó a Roma unos años más tarde, pero no se dedicó a los asuntos públicos.En el 126 a.c. acompañó al ejército a Cerdeña, entonces en estado de rebelión.
Regresó a la capital de Roma sin autorización, con el deseo de vengar la muerte de su hermano.
Fue elegido tribuno de la plebe en el 123 a.c. Entonces se dedicó a que las leyes agrarias de su hermano entraran en vigor, que con el tiempo habían caído en el olvido.
Limitar la ocupación dl Ager publicus y de la distribución de la tierra recuperada entre los campesinos pobres. La ley agraria presentada por Tiberio no tenía nada de revolucionaria. Ésta reclamaba el principio jurídico sobre el que se fundaba el ager publicus, denunciaba las usurpaciones, prescribía que todos los ocupantes sin títulos fueran expulsados de las tierras usurpadas pero, aún en este caso, si las habían ocupado de «buena fe», se les concedía, al igual que a los demás, el derecho a disfrutar de una extensión de 500 yugadas (125 Ha) a las que podían añadirse 250 yugadas suplementarias por cada hijo. Por otra parte, las tierras recuperadas se debían distribuir entre los ciudadanos pobres. Los encargados del reparto serían una comisión de tres comisarios elegidos por el pueblo, los triumviri agris iudicandis adsignandis. Los lotes serían de 30 yugadas (7,5 Ha) y serían inalienables.
Para hacer frente a los gastos, Tiberio propuso una ley por la que solicitaba que los tesoros del propio reino, se emplearan en financiar la reforma agraria. Puesto que el rey había decidido que el pueblo romano fuese su heredero, era lógico que el pueblo romano y no el Senado decidiera el empleo de estos bienes. Este ataque suscitó una durísima oposición. El Senado decidió, a partir de entonces, lanzar una campaña de desprestigio contra Tiberio.
Introdujo una legislación que favorecía al pueblo, mientras refrenaba el poder del senado y de la aristocracia. Introdujo además un programa de reparación y construcción de carreteras en toda la península Itálica. Fomentaría el desarrollo de los recursos del país y daría trabajo a los pobres. Promulgó una ley que permitiera a los ciudadanos de Roma comprar el grano a mitad de precio.
Al año siguiente, en el 120 a.c. fue reelegido tribuno. El partido aristocrático ante este hecho, le ofreció mayores beneficios, que por supuesto no iban a darle. Con lo que los desacuerdos entre Cayo y los aristócratas se hicieron más intensos. Al siguiente año, ya no fue elegido tribuno.

Guerra civil entre Mario y Sila

Todas las guerras tienen unas causas y unas consecuencias. Comenzando con las causas y con una breve introducción:
Lucio Cornelio Sila era general y político romano que dirigió a los optimates (partido aristocrático) durante esta guerra.
La enemistad entre Mario y Sila comienza con la guerra de Yogurta entre el 111 y 106 a.c. Mario era oficial superior de Sila, que a pesar de su rivalidad, Sila continuó al servicio de Mario hasta el 103 a.c.Sila fue nombrado cónsul después de su éxito durante la guerra social (90 - 88 a.c.) entre los romanos y sus aliados italianos del norte, quienes demandaban más privilegios.
Mario, líder de los populares (partido de los plebeyos) intentó destruirle de su mando provocando así la guerra civil. Mario Cayo fue tribuno de la plebe en el 119 a.c. y siempre conservó la simpatía de las clases bajas.
Las consecuencias principales de esta guerra son;
Después de la derrota de los partidarios de Mario, éste tuvo que huir. Sila intentó aplastar al poderoso partido de Mario y se nombró dictador llamándose Félix (el afortunado) y condenó a muerte o al exilio a la mayoría de los que apoyaron a Mario. Sila restauró el poder del senado y de la aristocracia, imponiendo estrictos controles sobre los tribunos y otros magistrados.
Guerras sociales


La Guerra Social (91 a. C.-88 a. C.), también conocida como Guerra Mársica y más correctamente Guerra de los aliados, fue un conflicto armado entre la República romana y sus aliados italianos, que deseaban que se les concediera laciudadanía romana.

Durante el tiempo en el que Cayo Mario se ausentó de Roma (99 a. C.-90 a. C.), hubo una serie de años de paz relativa, en los que el senado parecía controlar el poder. Sin embargo, en el año 95 a. C. se publicó la Lex Licinia Mucia dirigida contra los aliados que hubieran adquirido fraudulentamente la ciudadanía romana, lo que provoca un fuerte malestar entre ellos.

En el año 92 a. C. fue elegido tribuno de la plebe Marco Livio Druso, que preparó una serie de medidas demagógicas que llevaron al enfrentamiento, como una nueva ley frumentaria y una devaluación del sestercio de plata. También estableció un acuerdo secreto con los aliados, prometiéndoles el derecho de ciudadanía a cambio de que corrieran con los gastos de una nueva distribución de tierras. Desaprobado oficialmente por el Senado romano, fue asesinado en su casa, lo que desencadenó la guerra.

Intervienieron picenos, lucanos, marsos, samnitas y apulios, a los que se unen etruscos y umbros, declarándose independientes en una república llamada Italia, con capital en Corfinium, al este de Roma, con un senado y facultad deacuñación de moneda. Al principio se suceden las derrotas romanas, hasta que en 90 a. C., el Senado da el mando del ejército a Sila, pero Mario se reincorporó a la política y se hizo con el mando efectivo.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Tema 3: La conquista de Hispania

Hispania y 2ª Guerra Púnica
Hispania era el nombre dado por los fenicios a la península Ibérica, posteriormente utilizado por los romanos, y parte de la nomenclatura oficial de las tres provincias romanas que crearon ahí: Hispania Ulterior Baetica, Hispania Citerior Tarraconensis e Hispania Ulterior Lusitania. Posteriormente se crearon las provincias Carthaginense y Gallaecia.
La Segunda Guerra Púnica es el más conocido de los enfrentamientos bélicos acaecidos en el marco de las Guerras Púnicas entre las dos potencias que entonces dominaban el Mediterráneo occidental: Roma y Cartago. La contienda se suele datar desde el año 218 a. C., fecha de la declaración de guerra de Roma tras la destrucción de Sagunto, hasta el 201 a. C. en el que Aníbal y Escipión acordaron las condiciones de la rendición de Cartago. En la Segunda Guerra Púnica destaca la Batalla de Cannas.
La conquista de Hispania
Ya antes de la Primera Guerra Púnica, entre los siglos VIII y VII a. C., los fenicios (y posteriormente los cartagineses) habían hecho acto de presencia en la parte sur de la Península Ibérica y en la zona de levante, al sur del Ebro. Se asentaron a lo largo de estas franjas costeras en un gran número de instalaciones comerciales que distribuían por el mediterráneo los minerales y otros recursos de la Iberia prerromana. Estas instalaciones, consistentes en poco más que almacenes y embarcaderos permitían no sólo la exportación, sino también la introducción en la Península de productos elaborados en el Mediterráneo oriental, lo que tuvo el efecto secundario de la adopción por parte de las culturas autóctonas peninsulares de ciertos rasgos orientales.
También sobre el siglo VII a. C., los griegos establecerían sus primeras colonias en la costa norte del Mediterráneo peninsular procedentes de Massalia (Marsella), fundando ciudades como Emporion (Ampurias) o Rhode (Rosas), aunque al mismo tiempo fueron diseminando por todo el litoral centros de comercio, pero éstos sin carácter poblacional. Parte del peso comercial griego, sin embargo, era llevado a cabo por los fenicios, que comerciaban en la Península con artículos de y con destino a Grecia.
Como potencia comercial en el Mediterráneo occidental, Cartago ampliaba sus intereses hasta la isla de Sicilia y el sur de Italia, lo que pronto resultó muy molesto para el incipiente poder que surgía desde Roma. Finalmente, este conflicto de intereses económicos (ya que no territoriales, puesto que Cartago no se había demostrado como una potencia invasora) desembocaron en las llamadas Guerras Púnicas, de las cuales la primera de ellas no terminó sino en un inestable armisticio, habiendo generado una animadversión entre ambas culturas que conduciría a la Segunda Guerra Púnica, la cual terminaría 12 años más tarde con el dominio efectivo de Roma sobre el levante y el sur peninsular. Posteriormente, Cartago sufriría la decisiva derrota en Zama que la borraría de la escena histórica.
A pesar de haberse impuesto sobre la potencia rival del Mediterráneo, Roma aún tardaría dos siglos en dominar por completo la Península Ibérica, ganándose con su política expansionista la enemistad de la práctica totalidad de los pueblos del interior. Se considera que los abusos a los que estos pueblos fueron sometidos desde el principio fueron en gran parte culpables del fuerte sentimiento antirromano de estas naciones. Tras años de cruentas guerras, los pueblos autóctonos de Hispania fueron finalmente aplastados por el rodillo militar y cultural romano, desapareciendo en este proceso de choque cultural, aunque no sin antes dejar el indeleble ejemplo de la resistencia feroz ante un enemigo muy superior.
Hispania, escenario de conflictos civiles
El siglo I a.n.e. fue un convulso período para la historia de Roma. Durante esta centuria se vinieron a desarrollar numerosos conflictos internos que terminaron desembocando en el final de la República Romana, para dar paso al Imperio. Y es que la progresiva concentración del poder en una sola persona daría al traste con el sistema republicano de dos cónsules como máximos magistrados. Lucio Cornelio Sila sería el político que primeramente marcara esta tendencia.

Las consecuencias de esta personificación del poder serán varias guerras civiles: Mario y Sertorio contra Sila, Pompeyo contra Sertorio o César contra Pompeyo serían algunos de estos enfrentamientos. Y uno de sus principales escenarios, la Península Ibérica, muchas de cuyas regiones se hallaban en pleno proceso de romanización.

El primer enfrentamiento civil que se produjo en Hispania tuvo como protagonista a Quinto Sertorio. Pertenecía, junto con Cayo Mario, al partido de los “populares”, que se enfrentaba constantemente en el Senado al de los “optimates”, a cuya cabeza se hallaba el propio Sila. El enfrentamiento le llevó a Sertorio a huir a la Península Ibérica, concretamente a la Hispania Ulterior, la más cercana al Océano Atlántico, en el año 81 a.n.e. Allí contó con el apoyo de los lusitanos, que llevaban pocas décadas bajo poder romano, después del asesinato de Viriato y la conquista del territorio. Para hacerle frente, Sila envió a la Ulterior a Quinto Cecilio Metelo, que persiguió a Sertorio por el actual territorio de Extremadura.
Fin de la conquista: guerras cántabras


Las famosas guerras que nos recuerda las enfrentadas entre Roma y los pueblos norteños de la Hispanía Citerior después de la Guerra Civil acaecida en el año 37aC.

Las guerras cántabras empezaron el año 29 aC y acabaron diez años después. La unión de los cántabros, astures y vacceos, junto a otras tribus pequeñas de las montañas del norte de España en busca de su independencia, hicieron que se enfrentaran con dureza contra el gran Imperio Romano. Sus causas son muy discutidas e inacabables. Pero todos los historiadores se ponen de acuerdo de que todo comenzó en la época de Augusto. Varias legiones romanas se trasladaron a Hispania, entre ellas la IV Augusta Macedonica, la I Augusta , la XX Valeria Victrix,.. que se unieron a la IX Hispana , a la V Alaudae , VI Víctrix y la X Gémina (casi 75.000 soldados)-
División administrativa

Tema 2: La república romana.

La república romana
La República Romana fue un periodo de la la civilización romana antigua caracterizado por una régimen de gobierno republicano . Se inició con el derrocamiento de la Monarquía Romana, 509 a. C., y duró más de 450 años, hasta los conflictos por el poder, a través de una serie de guerras civiles, hasta desembocar en un forma de gobierno imperial.
La República Romana se rige por un constitución compleja, que se centró en los principios de una separación de poderes, controles gubernamentales , equilibrios de poder. La evolución de la República Romana fue fuertemente influenciada por la lucha entre la aristocracia, patricios, Y los romanos con riquezas, pero que no eran de familias nobles, que eran apoyados por los plebeyos por pertenecer a esta clase social.

La unificación de Italia 
La Unificacion de Italia (en italiano il Risorgimento, "El Resurgimiento") fue el movimiento político y social que aglomerados a diferentes estados de la península italiana en el único estado de Italia en el siglo XIX . A pesar de la falta de consenso sobre la fecha exacta para el comienzo de la unificacion italiana y el final de este período , muchos estudiosos coinciden en que el proceso se inició en el año 1815 con el Congreso de Viena y el fin de imperio Napoleónico , y terminó en algún momento alrededor del año 1871 con la Guerra Franco -prusiana y incorporacion de los estados de la Iglesia.

"La Unificacion Italiana.- Los pueblos de Italia, desde la desaparicion del Imperio Romano (fines de la Edad Antigua y comienzo de la Edad Media), no habían logrado unificarse formando un solo Estado, sino que hallanbanse fraccionados, integrando algunos Reinos y otros estados autonomos. Por el Tratado de Viena de 1815 (Tiempos Comtemporaneos), Italia quedo dividida en siete Estados independientes, a pesar de pertenecer todos ellos a una misma raza, profesar el mismo credo y tener, ademas, el mismo pasado historico. Pero es en la segunda mitad del siglo XIX, que el anhelo nacionalista y de unificacion que agito Europa, mostrose tambien vigoroso en Italia. fue asi como los estados italianos, despues de vencer no pocas dificultades, y gracias a la labor sacrificada y heroica de muchos de sus patriotas, consiguieron unificarse formando, asi, una sola nacion, un solo Estado, este fue el Reino de Italia.

La conquista del Mediterráneo
Alrededor de 500 aC, el idioma latín se hablaba sólo en la propia ciudad de Roma y sus alrededores. Hoy en día 700 millones de personas repartidos en todos los continentes del mundo hablan un idioma que se deriva del latín. ¿Cómo este grupo lingüístico logró extenderse a tal extenso parte del mundo? La respuesta está en las conquistas militares de la antigua ciudad de Roma.
     Las primeras conquistas de Roma fueron contra las diversas tribus y las colonias griegas de Italia, que condujó al control de la totalidad de la península italiana y convirtiendo a Roma en una de los mas grandes potencias del Mediterráneo (ver mapa 2 - 260 aC). Luego Roma presto su atención a la otra gran potencia en el Mediterráneo occidental: Cartago. Roma luchó contra Cartago en 3 guerras largas y inensas y derrotó a los cartagineses en cada uno, lo que llevó a Roma heredar de Cartago su gran imperio comerciante del Mediterráneo occidental. (ver mapas 3 y 4 - 220 y 200 aC)